Estar físicamente activo puede mejorar la salud de su cerebro, ayudar a controlar el peso, reducir el riesgo de enfermedades, fortalecer los huesos y los músculos y mejorar su capacidad para realizar las actividades cotidianas.
Los adultos que se sientan menos y realizan cualquier cantidad de actividad física de moderada a intensa obtienen algunos beneficios para la salud.